Fase 1: La experiencia del entorno
El sitio que he elegido es la terraza de mi casa, un espacio abierto (terraza exterior), aunque tienes privacidad y de silencio. Está rodeada por setos que dan esa privacidad que lo hace más acogedor. En la esquina derecha hay una pequeña piscina y a su izquierda una hamaca perfecta para acostarse al medio día después de comer. También hay una mesa en la que desayunar al aire libre o jugar a juegos de mesa con tu familia o amigos. Por otro lado, no está muy cerca de la ciudad por lo que es un lugar tranquilo, un pequeño rincón en el que poder relajarse, con unas preciosas vistas a la montaña. En este lugar, puedo sentir paz, desconectar y alejarme del ruido de la ciudad. Dibujándolo me he fijado en que aunque pensaba que la montaña estaba muy cerca, se ve bastante lejos.
He escogido este lugar porque en él puedo hacer ejercicio, tareas de la universidad, tomar el sol, bañarme, escuchar música, comer, etc… sin escuchar un solo ruido ni molestar a nadie. En él me siento a gusto por la libertad que me da la privacidad y que el único sonido que escucho sea el de los pájaros y el de las hojas de los árboles moverse del viento. Pienso que además de mi caso, el resto de ocupantes también se sienten cómodos en este lugar gracias a sus condiciones. En mi opinión, es un sitio en el que cualquier persona se sentiría a gusto, ya que no hay ningún elemento que haga la estancia desagradable. También es perfecto para pasar una tarde con tu familia o amigos de forma agradable, pasar tiempo de calidad con ellos y descansar. No conozco otro espacio con las mismas condiciones, por lo que no creo que pueda sentirme de la misma forma en otro espacio, y por ello no cambiaría nada de él, ya que es un lugar en el que podría pasar horas y aún así no querer irme a otro sitio.
Dibujo hecho desde el recuerdo
Dibujo hecho desde un asiento para observarlo
Peter Zumthor: “Atmósferas”
Al principio del artículo dice que para él la calidad arquitectónica trata de que un edificio bien proyectado debe transmitirte algo, aunque pienso que no solo eso, sino también debes plantearte ¿cómo se debe sentir estar dentro de ese edificio? ¿Es un sitio acogedor? ¿Agradable?… Para Peter Zumthor esas preguntas entran en la primera percepción al ver el edificio en la que percibe la atmósfera de ese sitio. Por eso, yo también creo en la primera impresión, de hecho, siempre lo he hecho ya que creo que con solo imaginar o analizar puedes saber bastantes cosas. Pero a diferencia de él, en cuanto a su ejemplo de la plaza, pienso que al quitarte la plaza de delante sigues guardando los mismo sentimientos y pudiendo imaginarte la plaza gracias a ellos.
Respecto a la respuestas para crear una atmósfera, es obvio que una obra necesita un cuerpo que sirva de estructura para más tarde empezar a pensar los materiales que usemos y como los usemos para que entre ellos tengan sentido, cosa que creo importante tener en cuenta. Por otro lado, estoy totalmente de acuerdo en que cada espacio tiene un sonido dependiendo de los materiales. Lo pienso porque el ruido cuando hablamos en mi casa es distinto al que suena cuando hablamos en casa de mis abuelos, o la diferencia de cuando cocino en una casa u otra, aunque es verdad que pensar en cómo deben sonar unos materiales que nunca has escuchado antes no debe ser fácil. Igual pasa con la temperatura, usar materiales que se adapten al clima y a nuestra temperatura. Cuando pienso en casa de mis abuelos siempre la recuerdo como un lugar cálido en que haga el tiempo que haga fuera, dentro siempre hace más calor, por eso en verano siempre está el aire acondicionado encendido. A pesar del trabajo que el arquitecto hace para conseguir crear una atmósfera, en mi opinión, las cosas que cada uno decide tener a su alrededor tienen un gran papel en la atmósfera, incluso esas cosas pueden llegar a cambiarla. Por ejemplo, un espacio por mucho que un arquitecto lo haya diseñado para que sea moderno y sencillo, si el propietario lo llena de objetos antiguos como alfombras vintage, cuadros con marcos extravagantes, típicas lámparas de araña que hay en casa de los abuelos, jarrones,… la percepción del espacio ahora cambia. Por otra parte, dependiendo del espacio y el uso que se le vaya a dar, su complejidad o simplicidad puede ser más o menos atractiva, eso es algo que el arquitecto tiene que tener bastante en cuenta ya que por ejemplo una biblioteca debe ser un espacio despejado sin ruido visual en el que poder estudiar tranquilamente sin sentirse agobiado. El arquitecto siempre debe mostrar lo que quiere que el edificio muestre al público y reservar para el interior lo privado, la intimidad del que vaya a utilizar el edificio y que solo él sepa cómo se ve en el interior, haciendo que aunque por fuera parezca de una forma, por dentro sea de otra. En cuanto a la luz, es algo que cambia mucho la vista de un espacio y que, para mí, le da vida . A mi incluso me cambia el estado de ánimo. Adoro estar en mi habitación y que por la ventana entre mucha luz y se vea todo claro, que entren rayos del sol y que con el reflejo en mi espejo parezca que todo brilla, que mi habitación se vea así me pone feliz. En cambio, cuando entro y las persianas están bajadas parece que no entre nadie nunca y me da sensación de estar encerrada.
Yo al igual que Peter Zumthor también creo que un arquitecto por lo que más debe enorgullecerse es de crear un espacio en el que alguien viva muchas cosas, haga de él un hogar, se sienta cómodo y por ello se acuerde toda su vida de él. Y además, enorgullecerse de que gracias a su trabajo, le ha dado el sentido que debe a ese espacio, y ha hecho que sea bonito por ser diseñado a su gusto y con gusto.